Sobre sabios, bobos y malvados.Y asesinos.

"Podemos llegar a entender la coherencia de un malvado, pero el imbécil es perfectamente incomprensible.Y detestable.La soberbia nos impide que tratemos de entender al criminal para combatirlo mejor.La modestia nos obliga a renegar del idiota que lo justifica." George Steiner.

Estoy en el aeropuerto de Lima haciendo una escala interminable (7 eternas horas para coger el vuelo a Santiago).Y Oh, sorpresa! me he encontrado con un ejemplar impreso de la edición internacional de El País, y eso, cuando llevas un año sin tocarlo, es igual al regocijo del encuentro con la patata a la importancia después de llevar 12 meses comiendo tortillas de maíz.Y eso que yo no he comido tantas.

En la sección La Cuarta Página me he encontrado con este artículo (que os recomiendo y os pego el link) y otra vez, como desde el miércoles cada día de esta semana, la cabeza se me ha ido al asesinato de Christian Poveda. Para los que no lo tengan muy claro, Christian era un fotógrafo periodista hispanofrancés, que después de cubrir mil guerras, se había instalado en El Salvador. En España se le ha conocido este último año por su documental "La vida loca", sobre el día a día de los pandilleros de una comunidad marginal.Después de vivir con ellos un año y convertirse en la voz para comenzar a buscar soluciones al problema de las maras dejando a un lado la mano dura, lo asesinaron el miércoles volviendo de grabar a unas mareras.Aunque este artículo habla de las reflexiones de Steiner haciendo referencia sobre todo a nazis y rusos, yo me lo he llevado al tema de las maras.Y es la misma reflexión y el mismo debate moral.

No sé si estoy obsesionada, que puede ser dado el impacto de la noticia y cómo lo está viviendo gente muy cercana a nosotros. Sé que sigo shockeada, que el concepto de matar cuando de repente asesinan a alguien que conoces por primera vez te cambia y no sabes muy bién dónde colocarlo.Y he sabido también que no sé cómo procesarlo, porque si todavía soy incapaz de enfrentarme a pensar sobre la muerte, no encuentro la manera de acercarme a la idea de "matar".

Cuando hablando de malos hablamos de asesinos, es muy dificil hacer el esfuerzo de entender.Entendemos la coherencia.Intentamos entenderlo para combatirlo. Pero espero no tener que renegar de nadie que lo justifique.

*Os pego otro día los links porque no sé por qué este ordenata no me deja pegar.Si no , buscad el artítulo en www.elpais.com, y más sobre Poveda en www.elfaro.net. Me llaman para embarcar.

De churras y merinas

Estaba leyendo el artículo de El País sobre Umberto Eco.

A Eco le profeso una profunda manía desde que leí "En qué creen los que no creen" cuando estaba en la facultad. Es un libro de cartas cruzadas con el cardenal Martini sobre distintos temas. El libro es muy recomendable, aunque me hizo detestar a Umberto por sus continuas "soberbiadas" y "estoy por encima de todos por que llevo más de 20 años dedicado a la semiótica y eso sí que es chungo". Aunque reconozco que en el fondo lo admiro, no debe ser fácil conseguir semejante hazaña sin volverse tarumba tarumbita.

El caso es que en eso estaba, cuando por estas cosas de la lectura en forma de Z (o no), me he topado con Ventura24 y su suerte. !!!!. Por favor alguien me diga qué tiene que ver la velocidad con el tocino. O el Euromillón con miradas ardientes y melenas esponjosas.

El público objetivo al que se dirige está claro. Hombres de mediana edad (define mediana, pues a partir de 50 "palante") que todavía piensan en pesetas. Y que están muy desorientados los pobres con esto de internet. Porque los incautos que pinchen deseando que Ventura24 se deje frotar por la chepa su participación virtual del Euromillón (u otra cosa), comprobará decepcionado que se esfuma sin cumplir lo que esa mirada de llevomásde24millonesenpremios promete. Seré yo que ando floja en comunicación no verbal. Automáticamente eres redireccionado a una página de apuestas online sin ningún tipo de contenido sexual. Qué decepción.

Yo pensaba que la época en que se vendían coches con chicas neumáticas ya la habíamos superado. Y que gracias a internet entre otras cosas, el consumidor que busca sexo gratis ya sabe donde encontrarlo. Y que por lo tanto, enganchar al público via imagen o promesa de contenido sexual, además de demodé, había perdido su eficacia publicitaria. Pues como todo vuelve, ha aparecido alguno que ha dicho: dinero y amor, chica sensual y Euromillón. Y se ha quedado tan ancho.

Sólo espero que no se convierta en tendencia y nos inviten a votar al Parlamento Europeo de la mano de Ivonne Reyes. Glups.

La Carretera

Hoy me preguntaba Juan por qué había parado de escribir. Pues porque estoy aburrida. 

Me da la sensación de que estamos de vuelta a los temas que se utilizan cuando quieren desviarnos la atención. Crisis, gripe...uys, hace tiempo que no hablamos del aborto verdad? En El Salvador más bien están con el tema, también recurrente, de la homosexualidad, pero el aborto siempre está ahí, igual que en España, igual que en Estados Unidos. Menos mal que María con su documental va a hacer que me reconcilie con el tema, pero es que me me parece un auténtico coñazo. Y ojo, no porque me dé igual o no me parezca importante, sino por que llevo 20 años oyendo los mismos discursos de ambas posturas.

Le estoy dando vueltas a esto del aburrimiento mientras me aburro, así que para que no os aburráis vosotros también, os voy a recomendar un libro. O más bien, un autor.

Cormac McCarthy. La Carretera. Ganador del Pulitzer por esta novela en 2007. Resulta que este señor (gracias Pipe por el descubrimiento), es el escritor de No Country for Old Men. Lo que más me ha sorprendido es que también lo es de All the Pretty Horses, adaptada al cine y convertida en la película más patética de la historia (la ví con el ffwd del mando apretado, no os digo más). Penélope y Matt Damon, para que te salga musgo por lo menos.

Lo primero que leí de él fue Hijo de Dios, y me impresionó cómo este señor es capaz de escribir sobre lo feo, lo retorcido, lo nauseabundo, el asco en mayúsculas, de una manera tan poética y poco morbosa. Fondo y forma. 

Así que seguí con La Carretera y, muy mucho, os la recomiendo. Es una novela apocalíptica en la que un padre intenta que su hijo sobreviva tras lo que parece un holocausto nuclear. Una nada de cenizas en la que los nombres no importan. Nada. 

"En esta carretera no hay interlocutores de Dios. Se han ido y me han dejado aquí sólo y se han llevado consigo el mundo. Duda: En qué difiere el nunca será de lo que nunca fue?"

Javier Marías dice que se merece el Nobel. Un tal Julián Gallo que si existiese un índice de las historias más conmovedoras y tristes que se hayan escrito, debería estar ahí. Yo digo que os lo leáis.

Xizao (Shower).

 De 1999. China. Ganó, entre otros, en el Festival de San Sebastián. Y me niego a pegaros la sinopsis. 

No es porque os vaya a fastidiar algún elemento sorpresa, es que no le hace justicia. Y no se la hace porque la he leído después de ver la peli y me ha parecido el argumento de un auténtico tostón (dícese de aquello mortalmente aburrido). Si hubiese leído esa sinopsis antes, no la hubiese alquilado jamás. 

Tampoco el cartel ayuda mucho, porque ves la foto con los tres chinos estos tan majetes  y no puedes evitar imaginártelos saltando de rodillo en rodillo y dándose unas hostias como panes. Perdonad por la expresión, pero no me viene a la cabeza nada más si me pongo a pensar en "Humor Amarillo".

Volviendo al tema, no cuenta una historia que no hayamos visto mil veces. Tiene un argumento de estos que, si me cambias chinos por portugueses, y los baños por una pollería, pues esa peli ya la he visto. Eso por no mencionar la cantidad de películas que se han rodado en torno a los baños turcos y similares, vamos, casi casi deberían ser un género. Y como los conflictos siempre son los mismos,  si quieres ponme a un polaco en una sauna. Pero el caso es que ésta tiene algo especial, y por eso os la recomiendo muy mucho.

Para empezar, la secuencia con la que abre me ha dejado alucinada. Y es algo súper simple, pero es de los mejores arranques que he visto en mucho tiempo. Me ha parecido súper sencilla, con una estética preciosa, poética,  y tan elegante, que a veces da igual lo que te está contando porque lo demás ya es puro disfrute. El recinto del baño es realmente el actor principal, con su propia problemática y arco dramático. 

(Hay que ver qué difícil es escribir sobre una peli y no sonar hiper pedante. De hecho me releo para corregir y me caigo fatal). Vamos, que si la encontráis os la veáis, que no es una peli aburrida de chinos intensos que sufren un montón. Ni tampoco tiene el ritmo este que tienen a veces los orientales de como no pase algo me corto las venas. Es una película, como diría mi madre, bonita. Ya me contaréis.

Ese pequeño punto azul

"Piensa en los ríos de sangre derramados por cientos de generales y emperadores para conseguir la gloria y ser los amos momentáneos de una fracción de un punto".

Disculpadme que me repita porque  no es la primera vez que cuelgo este video en algún sitio y anda que no he dado la paliza a amigos con paciencia condenándolos a ver videos de Carl Sagan en Youtube. Redescubrí a este hombre (haciendo memoria recuerdo haber visto "Cosmos" muchos eones atrás) en la conferencia de los astrónomos de la Campus Party Iberoamérica 2008. Y ver esta pieza a oscuras y en pantalla gigante fue una experiencia más que reveladora, la verdad.

El caso es que el otro día leyendo una entrevista a Alejandro Amenábar sobre su próxima película (colgaré el trailer para los que no lo hayan visto), mencionaba que comenzó a darle vueltas al guión de Agora al estar una noche en un barco observando la Vía Láctea. De ahí retomó los trabajos de Carl Sagan sobre astronomía y vida extraterrestre, un poquito de investigación histórica y voila!!, superproducción al canto. Y entonces me acordé otra vez de esta pequeña lección de humildad.

Para mí esta pieza es merecedora del Nobel de la Paz. Y hablando de Nobeles, noticia: "La oposición birmana denuncia el preocupante estado de salud de Aung San Suu Kyi". Ganadora del Nobel de la Paz, 64 años, sometida a arresto domiciliario desde hace seis años. 

Disfrutad de "Ese pequeño punto azul pálido". A más de uno habría que obligarlo a aprendérselo de memoria.

Evelyn y los cerdos.

No pensaba hablar de cerdos en este primer post. La verdad, tenía un par ideas que en principio parecían merecedoras de este puesto privilegiado, pero la pandemia, los cerdos y Evelyn llorando han hecho que me tenga que liar la manta a la cabeza.

Bien es cierto que del cerdo se aprovecha todo, pero nunca imaginé que también se le utilizaría en la construcción de este pequeño pánico obsesivo que nos rodea desde hace semanas (no hay más que darse una vuelta por cualquier aeropuerto para sentirse protagonista de una historia saramaguesca). El caso es que, sin querer hacer de menos a esta pandemia del momento, y solidarizándome por supuesto con las víctimas y familiares, creo que se nos está nublando la perspectiva.

No es que me parezca mal que la niña Evelyn llore en la Casa de América y menos si canta Paulina Rubio, y entiendo que, ante esas manifestaciones de apoyo de "México somos todos", pues la mujer se nos emocione. Pero vamos a ver si nos ubicamos.

Resulta que HOY el diario El País publica que (manteniendo el estatus de este tipo de noticias, nada de grandes portadas y columnas de opinión) en Africa occidental sufren la peor epidemia de meningitis de su historia. Una vez más, y aun pudiéndose prevenir con facilidad, ha provocado la muerte a casi 2.000 personas.

Volviendo a aquello de "una muerte es una tragedia, pero un millón de muertes una estadística", a mi esto ya me parece un poco desproporcionado. No me gustaría frivolizar con las cifras, pero 44 frente a 1.900 muertes y, si hablamos de afectados, 1.000 frente a 56.000 en el continente marrón, pues como que la pandemia de moda se me queda en un simple catarro. Pero mientras unos estornudan, otros intentan conseguir el euro que cuesta vacunarse contra la meningitis.

Por cierto, Amaral se ha comprometido a participar en el acto de solidaridad con el pueblo mexicano, porque México somos todos. Ahora la que llora soy yo.